Luego de años difíciles podemos decir que nos encontramos con una clásica cosecha Mendocina. La vendimia 2018 se caracterizó por ser una cosecha seca, fresca, soleada. Las bajas precipitaciones dieron lugar a una óptima sanidad. Aunque algunas regiones del Valle de Uco y Luján de Cuyo sintieron el rigor de las heladas de octubre, nada afectó los rindes y mucho menos la calidad. Enero y febrero presentaron temperaturas medias dentro de los promedios históricos con precipitaciones por debajo de la habitual y esto definió una marcha favorable para la vendimia, que se acercó a niveles históricos de producción. Este escenario aporto fruta sana equilibrada y con taninos suaves y sedosos.